La persona dependiente y el cuidador.
La dependencia puede afectar a cualquier sector de la
población y a cualquier edad; aunque ésta tiende a aumentar con la edad y la
vejez, esto último es un factor asociado a la aparición de múltiples
enfermedades que le impiden realizar de forma normal las actividades de la vida
diaria.
Para que podamos hablar de
una situación de dependencia, y de acuerdo con la definición aceptada por el
Consejo de Europa, debe darse la concurrencia de tres factores:
- Existencia de una limitación física, psíquica o intelectual que merme determinadas capacidades de la persona.
- La incapacidad de la persona para realizar por sí mismo las actividades de la vida diaria.
- La necesidad de asistencia o cuidados por parte de una tercera persona.
Hablando de esa tercera
persona…esa “carga” suele recaer en la mujer;
normalmente la madre o la hija, el familiar más cercano. El cuidador asume la responsabilidad
total de los cuidados y el apoyo diario a la persona dependiente.
Aunque el cuidado de un
familiar o un conocido puede ser muy gratificante, es cierto, que supone una
situación de exceso de trabajo y de pérdida de autonomía para el cuidador que
puede ocasionarle tensiones, frustraciones, abatimiento y dificultades en
diferentes ámbitos de su vida diaria.
Hay multitud recursos al
alcance de muchos que pueden ayudar a conseguir que el cuidado del familiar sea
todo lo gratificante que uno quiera, sólo hace falta buscar una buena
información, dejarse aconsejar y dejarse ayudar.
¿Cómo ha empezado el otoño? Nosotros
seguimos ayudándote.
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